domingo, 11 de marzo de 2012

Desliz con una matriz

 
Ayer cometí un desliz,
un fallo de principiante,
hallando el determinante
de una sencilla matriz.

Solo sé que no se nada,
como Sócrates decía,
y el determinante obtenía
de una matriz no cuadrada.

El profesor me miró
y extraña mueca me hizo
porque hay que rizar el rizo
para hacer lo que hice yo.

Sin embargo en el momento
no me percaté del hecho,
y me quedé satisfecho,
orgulloso y muy contento.

Cuando las notas se hicieron
públicas en el tablón,
grande fue mi decepción
por el cero que me dieron.

En la clase el profesor
me dijo con ironía
que el error que cometía
era de arte mayor.


Me tildó de “pintamonas”,
y desde ese infausto día
me dije que estudiaría
hasta quemar las neuronas.

Y ahora escribo a diario
estos absurdos poemas
en vez de enseñar teoremas,
axiomas y corolarios.

Aunque una ventaja obtengo.
al mezclar con alegría
mates y poesía,
os juro que me entretengo.

Y aunque trato en buena lid
de competir con Quevedo,
sé que vencer nunca puedo
ni campear como el Cid.

Sería fenomenal
con Góngora compararme
y así poder olvidarme
del cálculo matricial.

Ni por asomo me igualo
a poetas tan famosos
y aunque no soy horroroso
resulto un vate muy malo.
 
José M. Ramos. Pontevedra, 5 de marzo 2012.