sábado, 10 de marzo de 2012

El tatuado

Tiene el cuerpo como un lienzo,
A las agujas adicto,
Y por mucho que medito
Lo cierto es que no lo entiendo.

Para pintar un buen cuadro
Hay que hacerlo con pincel
Y no utilizar la piel
Para sentirse observado.

Y me parece un ultraje
Del cuerpo que Dios te ha dado,
Hacer con él un retablo
Y llenarlo de tatuajes.

Si quieres llevar la palma
De exposición ambulante
Solo te digo: ¡¡Adelante!!
Y tatúa incluso el alma.

Cuando llegan los calores
Y a la playa yo me voy
me da la impresión que estoy
en un museo de horrores.

Pues para ver buenos cuadros
A playas no debes ir,
Pasa el verano a Madrid
Y vete al Museo del Prado.

Además que las figuras
Que se pueden observar
Son filigranas a hartar
O la mayor parte basura.
Y aunque a mí no me cuadre
Para demostrar su amor
Se tatúan un corazón
Con el lema “Amor de madre”.

Y si no es el corazón
Optan por algo más fiero
Como si fueran guerreros
Como  “Viva la legión”.

Lo peor de esa costumbre
Tan fea, aunque ancestral,
Es la sensación visual
De estar cubierto de mugre.

Y el morir con esa pinta
Te supone una ventaja:
Los gusanos de la caja
Parece que odian la tinta.

Y entre la tinta y el susto
Que tus tatuajes provocan,
Los gusanos no te tocan
Y así serás incorrupto.

Para ti será un calvario
No lucirte ya en la playa
Porque en vez de una toalla
Te acuestas sobre un sudario.


José M. Ramos. Agosto 2011