sábado, 10 de marzo de 2012

Epitafios


Aquí yace un almirante
al que erigieron un busto,
y aunque tiene el gesto adusto
no hay pájaro al que éste espante.
Pues en cualquier monumento,
erigido en su memoria,
las aves con sus escorias
lo embadurnan de excrementos.

***

Aquí yace un traficante
que droga metió en su ano
y se quedó tan ufano
porque le entró como un guante.

Pero al pasar el control
un agente de antivicio
creyó ver algún indicio
de que iba de farol.

Lo llevó a un evacuatorio,
le hizo un tacto rectal
descuidado y  tan brutal
que se rompió el envoltorio.

Y no murió de una esclerosis
ni de cáncer ni de sida
sino que perdió la vida
por una gran sobredosis.

***

Yace en este camposanto
por un cáncer que pilló
cuando en un tejado instaló
unas planchas con amianto.

***

Dejad por mí de llorar.
pues resulta gran ventaja
que me cubra una mortaja
ya que dejo de fumar.

***

Llegó Caronte en su barca
y el río Estigia mítico
lo cruzó con un político
para entregarlo a la Parca.

***

 Feo hasta el paroxismo
era este pobre finado
y ahora, bien sepultado,
su fealdad da lo mismo.
Al haberse desprendido
de su envoltura mortal,
puede ser considerado igual
que al más guapo y más fornido.
Es que en la muerte no hay veto
ni al feo, ni al jorobado,
pues una vez descarnado,
solo queda el esqueleto.

Por cubrirte una mortaja,
Tus deudos están contritos,
pues no saben en que sitio
escondiste tus alhajas.

***

El premio gordo ganó
y fue tan grande su alegría
que sufrió una apoplejía
y la muerte se lo llevó.
Sus deudos muy abatidos,
tristes y desesperados,
no es que lloren al finado
sino al boleto perdido.

***

Era un trapecista necio,
de un triste circo ambulante,
que usó aceite lubricante
para agarrarse al trapecio.

***

Sus amigos lo recuerdan,
siendo del circo un artista,
pues era un funambulista,
al que se le rompió la cuerda.

***

Aquí yace Doña Pura
que, pese a tener ese nombre,
se acostó con muchos hombres
e incluso sedujo a un cura.

***

Aquí yace Doña Casta
que hizo honor a su nombre
al no yacer con un hombre,
pues fea era hasta decir basta.

***

Aquí yace un usurero
que en el cielo no va a entrar,
aunque quiere negociar
con el ínclito San Pedro.

***

Por ser señora importante
le erigieron este busto.
Su marido del disgusto
se consuela con su amante.








José M. Ramos. octubre 2011