viernes, 9 de marzo de 2012

Isaac Asimov

Unas enormes patillas
limitan su rostro augusto
y si le hicieran un busto
sería una maravilla.

Y clara cual agua de río,
límpida y cristalina,
es evidencia supina
que tiene nombre judío.

Y decir también excuso,
aunque parezca trivial,
obvio y elemental,
que tiene apellido ruso.

Mas contra todo pronóstico
Era norteamericano.
De niño rezaba en vano
porque siempre fue agnóstico.

Astrofisica estudió
Y a la divulgación científica
De una manera magnífica
el hombre se dedicó.

Otros campos cultivó
De la gran cultura humana
Y gracias a una mente sana
Una Historia nos legó.

Aunque la gran aportación
Que más célebre lo hizo
Fue escribir con oficio
historias de ciencia ficción.



Este género proscrito
Por la crítica ortodoxa
Vio levantarse la losa
De los desprecios del crítico.

Y entre su gran producción,
Sus admiradores mentan
Los volúmenes que cuentan
La saga de La Fundación.

Yo robot es colección
de relatos futuristas
dando su punto de vista
de esa máquina en acción.

Y pese a su escepticismo
sobre Dios y su existencia,
Este, en su eterna sapiencia,
lo sustrajo del abismo

al que cae el ser perverso.
Porque ¿quién va a contar mejor
al Dios que todo es amor,
historias del universo?

Isaac Asimov (1920-1992)

José M. Ramos. Pontevedra, 4 de agosto 2011