domingo, 11 de marzo de 2012

La ansiedad

No sabría definirla.
los síntomas son variados
dependiendo de los grados.
¡Uno tiene que sentirla!

Cuando una crisis tengo
yo me siento poseído
por algo desconocido
que me corroe por dentro.

Me palpita el corazón,
el estómago se cierra,
el ánimo cae por tierra
y surge la autocompasión.

Es el primer eslabón,
si de ti eso no sale,
para que horrenda se instale
la terrible depresión.
Eslabón de una cadena,
que nutrida día a día,
hace que toda tu vida
sea una dura condena.

Y no solo tú padeces,
pues a los que te rodean
su vida les estropeas
cuando ven que desfalleces.

Cuando la ansiedad te alcanza,
es como un invisible ente
que se introduce en tu mente,
penetra, horada y avanza.

Cuando Guy de Maupassant
escribió su cuento El Horla,
no definió otra cosa
que no fuese la ansiedad.


José M. Ramos. Pontevedra, 3 enero 2012